Solemos pensar que con cuidar, educar y consentir a
nuestros hijos basta para verlos crecer felices, pero poco nos detenemos a
pensar que la base de su felicidad real se encuentra en
la que también podamos tener nosotros, sus padres.
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Cada vez que salgo a la calle, en un viaje, en mi
trabajo, en el super en todas partes
estoy pensando en ellos, sí, en mis hijos, en que tengan lo mejor, la
mejor educación…y todo por una simple razón quiero verlos crecer
felices.
Como en mi caso, cada uno de los esfuerzos que los padres
solemos llevar a cabo por buscar la felicidad de nuestros hijos es sólo una
parte de criar niños completos y sanos, pero la otra parte, ésa de la que no
nos habla casi ningún libro y en la que poco nos detenemos a pensar, es la que
toca a nuestra felicidad,
necesaria para poder criar niños realmente felices.
AL
CUIDARME YO, LES ENSEÑO A CUIDARSE A ELLOS MISMOS.
Aun cuando
tengas las mejores intenciones de dedicar tiempo a la familia y a tu pareja, si no te atiendes a ti mismo (comer, dormir,
hacer ejercicio, darte tiempo para tu desarrollo espiritual e integral), no vas
a estar 100% disponible, tanto en energía física como emocional y mental, por
ende tus hijos no tendrán padres fuertes
que los apoyen.
Además, es importante recordar que todas tus acciones son lecciones para ellos. Si vas por la vida sin cuidar tu
desarrollo integral que es parte de tu estima, lo único que se les enseña a los
hijos es que está bien el “abandonarse”.
Recuerda al estar bien tu es parte de la felicidad de tu pareja.
¿YA TIENES UNA CITA FORMAL CON
TU PAREJA?
¡ANOTALA EN TU AGENDA!
Cuando
los matrimonios tienen niños se suman más responsabilidades a las que
naturalmente tiene un adulto. Esto significa que además de trabajar, ocuparse
de la casa y de la cena, ahora también hay deberes, reuniones en el colegio y
citas al doctor. Entonces, al final de la semana, es posible que te des cuenta
de que no encontraste un sólo momento para compartir con tu pareja. Sin embargo, esta debería ser una
responsabilidad a sumar en tu lista, no solo por ti, sino también por
tus niños.
HIJOS EMOCIONALMENTE SEGUROS.
La
forma en que los hijos ven relacionarse
a sus padres es la forma en la que aprenden a relacionarse con los demás.
Si perciben un matrimonio que interactúa, disfruta y aprenden juntos, lograrán hacerlo de la misma manera con sus
pares. Esto también repercutirá en sus relaciones amorosas cuando crezca,
ya que el ejemplo de pareja que tienen
en su hogar es el que toman de referencia cuando les llega
su momento de llevar una relación adelante.
Por
otro lado, el ver una conexión sana y
feliz entre sus padres hace que los niños se sientan emocionalmente
seguros. Esto es esencial para asegurar un buen desarrollo
psicológico e intelectual. Pero por supuesto para conseguirlo, deben ver que
sus padres se toman sus momentos para encargarse de su relación y disfrutarla.
TU RELACIÓN DE PAREJA EN PRIMER
PLANO.
Es
natural -aunque no sano- que al tener hijos sintamos la responsabilidad de
quedar “en segundo plano”, y dedicar toda nuestra atención a ellos y a su
bienestar. Sin embargo, es posible olvidarse de que su bienestar también pasa
por el de su papá y mamá. Si ellos los ven felices, se proyectarán
felices. Así que tómalo como una tarea más que debes cumplir en
tu rol de padre; hazlo por toda la familia.
Como papás no podemos
regalarles la felicidad pero sí
podemos enseñárselas. ¿Cómo? ¡Practicándola! Cuando un papá o una
mamá se sienten felices, contentos con sus propias actividades, es mucho más
fácil que transmita felicidad a quienes los rodean.
PARA RECORDAR:
·
Al estar bien yo como persona enseño a mis hijos a
cuidar su persona. Y amo más y mejor a mi esposo o esposa.
·
La felicidad de la pareja también es la felicidad de tus
hijos.
Articulo escrito por: Psic. Luz del Carmen Said De los Santos.
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